martes, 20 de agosto de 2013

QUERIDO DIARIO...

Hoy estuve andando por las calles oscuras de un barrio llamado siempre lúgubre, me sentí muy asustada porque no veía nada a mi alrededor, ni personas, ni una luz encendida, ni ningún perrito callejero ladrandome al lado, fue terrorífico la verdad. Pero al caminar unos 20 metros vi una pequeña luz, parecía como la de una luciérnaga pero que iba aumentando de tamaño al irme acercando a ella.

Escuche un ruido muy agudo, luego más fuerte y grueso, sonaba como si fuera un chillido de un animal agonizando, empece a correr del desespero, no sabia que hacer en realidad, estaba en shock, mi mente se nublo. La única salida que tenia era correr hacia esa luz, haber si llegaba a un lugar con personas. Corrí tanto que ya me sentía asfixiada, pare un momento, vi otra vez a mi alrededor y ya todo estaba totalmente diferente. Ya no eran casas viejas con techos improvisados, sino edificios abandonados por montón. Me sentía como en un laberinto sin salida, no sabia como salir de ese lugar, mis padres no estaban conmigo porque tenían turno de noche en el trabajo. No sé porque había ido a caminar por ese barrio que no conozco, sabiendo que mis padres me habían dicho que no, puesto que no era un lugar adecuado para una niña de 12 años y más a altas horas de la noche.

Cuando alce la mirada hacia el cielo, para ver que idea se me ocurría para salir de ese lugar, vi la luz que con tanto desespero perseguí. Estaba en el centro del edificio más viejo y "destartalado" de todos. Entonces pensé en ir a ver, que era lo que producía esa luz tan radiante entre tanta oscuridad y también al llegar a la cima del edificio ver por cual lado me iba para llegar otra vez a mi hogar o algún lugar cercano a él. Cuando fui subiendo por esas escaleras agrietadas y poco confiables, vi que la luz se encontraba en el piso siguiente, el séptimo. Al llegar camine muy lento para no hacer ruido y ver con "maña" lo que estaba en ese lugar.
Encontré lo que menos me esperaba, una linterna, con una pequeña nota que decía: "Encuentra tu camino e iluminalo siempre", no tenia remitente, ni nada parecido. Me pareció extraño encontrar esto en un lugar tan deshabitado en la parte más alta del barrio. Cogí la linterna y la nota, subí hasta la terraza del edificio y vi más o menos que camino emprender. La linterna me ayudo a ver mejor las calles y las direcciones de estas y gracias a esto llegue sana y salva a mi hogar.

La nota la pegue ahorita mismo que acabe de llegar, para que cada vez que vaya hacia la puerta sea lo primero en leer y motivarme. Que noche tan extraña en verdad, espero mañana llegar a contarte todas las cosas nuevas que me pasaron. ¡Hasta mañana diario!

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